Comparte con nosotras y nosotros Jacobo Calvo, maestro del CEIP Gran Capitán de Íllora, el siguiente articulo aparecido el pasado sábado en el Pais:
Por: EL PAÍS| BABELIA 19 de mayo de 2012
por CELIA AMORÓS
PUENTE
La historia de las mujeres no es simplemente una parte
de la historia del colectivo humano –tout
court-. Su reconstrucción ha sido históricamente reciente y
ha encontrado sus condiciones de posibilidad en determinados procesos y
acontecimientos concernientes a las relaciones de poder. Por su parte, la
historia del feminismo no es la historia de las mujeres. Hay una historia de la
emancipación de las mujeres porque, a lo largo de la misma, se ponen de
manifiesto ciertas regularidades en la dominación de estas por los varones, así
como en las formas de reaccionar de los colectivos de las féminas ante las
diferentes modalidades de dominación y servidumbre que le son impuestas…
Especialmente relevantes para la evolución de la
situación de las mujeres han sido las formas históricas de la familia: es en
esta “estructura elemental del parentesco”, como lo afirmaría Claude
Lévi-Strauss, donde identificamos los roles, los estatus de las mujeres y sus
funciones. A su vez y en interacción con las mismas, encontramos los modos de
producción y reproducción de la vida material, donde se constituyen ciertas
modalidades de división del trabajo que asignan a las mujeres determinadas
tareas. No es de extrañar, pues, que las formas que adopta la estructura
familiar a lo largo de la historia y las que asumen la división sexual del
trabajo, íntimamente relacionadas entre sí, diseñen el guion de la historia de
las mujeres. Este guión tiene tramos más densos que corresponden, no ya a las
coordenadas generales en que se inserta la vida de las féminas, sino a la
especificidad de una historia de subyugación y exclusión que ha generado sus
propias respuestas.
No se trata de victimizarnos sino de hacer ciencia, y,
aquí, hacer ciencia es la forma concreta de hacer libertad. Las sufragistas, en
su lucha épica por conseguir el voto, inventaron las huelgas de hambre, cuando,
de los pies de los caballos iban a parar a los calabozos. Ello ocurría en el
contexto del liberalismo, propio de los países anglosajones donde floreció el
sufragismo ó lucha por el voto femenino, por el acceso a las profesiones… en
suma, por todo aquello que haría de la mujer, simplemente, un ser humano.
Antes, sin embargo, en el contexto del cartesianismo, se había articulado un
feminismo que se configuró en su esfera, con una impronta fuertemente
racionalista y en polémica con Roussseau. Estas corrientes vinieron a confluir
en la Revolución Francesa encontrándose la propia vena libertaria más potente
del ginebrino con los acordes más misóginos del jacobinismo. Olympe de Gouges escribirá en 1793 Los
derechos de la mujer y de la ciudadana, pues los varones,
identificados sin más con lo genéricamente humano, olvidaron incluir los
derechos de las féminas como seres humanos sin más.
En 1848, fecha del movimiento comunista, tiene lugar
en Estados Unidos lo que se denominó Acta fundacional de Séneca
Falls (Declaración de sentimientos). El feminismo estadounidense
extrae de sus entrañas liberales uno de sus productos más genuinos. Lo que no
impide que en el seno de la lucha emancipatoria del nuevo continente surjan
tendencias acordes con los referentes ideológicos genéricos de las luchas de las
mujeres que las llevan a cabo. Así, habrá feministas socialistas en las filas
del socialismo y el comunismo; del anarquismo, como Emma
Goldman y Clara Zetkin, en las
del comunismo que dialogó y colaboró con las militantes del “Feminismo
Burgués”.
En Estados Unidos, después de la guerra se producirá
una potente ola de liberación feminista de signo liberal. Dirigida por Betty Friedan,
lúcida y potente líder, consiguió que salieran de su letargo y neurosis las
amas de casas que habían sido devueltas a las labores del hogar después de
haber desempeñado los trabajos masculinos durante la guerra. A esta nueva ama
de casa ya no se le podía llamar “fregona” sino “directora gerente del hogar”.
Pero la directora del hogar tecnificado languidecía, cada vez mas mujeres pedían
puestos y actividades fuera del hogar y el feminismo liberal se radicalizó
pidiendo cambios en la estructura social y familiar, y se llegó a poner en
cuestión el tabú del incesto (Shulamith Firestone). Desde el punto de vista
organizativo se autoconstituían por grupos compuestos por pocos miembros y se
disolvían con facilidad- lo que les quitó una eficacia que sí pudo mantener el
feminismo liberal-.
El feminismo socialista se ha centrado en la crítica
al capitalismo y al análisis de la relación entre capitalismo y patriarcado. Heidi Hartmann y Zillah Einsestein son unas de las teóricas más
sobresalientes en la investigación de esta problemática.
Otra corriente, procedente del psicoanálisis, se ha
dedicado casi monográficamente a la introspección de la esencia de lo femenino.
Considera que solo existe lo femenino y lo masculino, pero no lo genéricamente
humano. Propone que cada sexo se autoafirme y no se mixtifique impostando
ámbitos de neutralidad, a la vez que profundiza su sexualidad irreductiblemente
original. La teórica más representativa de esta tendencia es la italiana Lucy Irigaray.
Juan Sisinio Pérez
Garzón. Historia del feminismo (los Libros de la Catara).
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Artículo publicado en Babelia,
suplemento cultural de EL PAÍS el
19 de mayo de 2012.
..................
CELIA AMORÓS (Valencia, 1944) es Catedrática
en el Departamento de Filosofía y Filosofía Moral y Política de la UNED. Premio
Nacional de Ensayo en 2006 por La gran diferencia y sus pequeñas
consecuencias... para las luchas de las mujeres(Cátedra),
es autora de títulos como Hacia una
crítica de la razón patriarcal (1985),Feminismo y filosofía (2000) y Vetas de ilustración: Reflexiones sobre
feminismo e islam (2009).:
Gracias Jacobo, por ayudarnos a avanzar
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