Raquel Berrido Sánchez,
coordinadora del Plan de Igualdad
CPR “Fuente de la Reina”.
Animaos a colaborar con la Escuela de Adultos.
Charlas con nuestras
mayores
Con la estupenda colaboración
de la maestra de adultos de mi centro educativo, organizamos una tertulia con
el alumnado de 3º a 6º de Primaria.
Les
propuse una temática que me gustaría que tratasen y mi compañera también hizo
algunas aportaciones. Así el hilo
conductor de la mencionada charla o tertulia era:
1º Cuando éramos
pequeños…
- Jugábamos
a…
- Nos
gustaba comer y merendar…
- En
la escuela…
- En
casa ayudábamos…
- Nuestros
abuelos contaban…
2º Con nuestros
novios/as…
3º Cuando nos
casamos…
- Las
mujeres solían…
- Los
hombres solían…
Durante toda la sesión las
mujeres tenían a su disposición este guion para no dejar ningún cabo suelto y
tener un apoyo que les daba tranquilidad. El alumnado también podía verlo y le
daba una visión de conjunto y una estructura a las “historias “ que estaban
escuchando.
Vinieron tres señoras
bastante diferentes entre sí, lo que llenó de visiones y
matices la actividad. Los niños y niñas al poco tiempo de empezar
comenzaron a hacer preguntas que hicieron que la actividad fuese más motivante
a adaptada a los intereses del alumnado.
Creo que estas señoras, por
un lado, añoran su infancia, la
candidez y sencillez
de aquella época. Eran felices casi con cualquier cosa; aunque esto no
evita que se alegren del cambio del papel
que desempeña la mujer hoy día, pues
antes su futuro estaba muy condicionado a los valores de la familia y la
sociedad a la que pertenecían, y hoy la mujer es más dueña de su futuro.
Las señoras, que rondaban
entre 67 y 75 años de edad, se sintieron muy cómodas con los chicos y chicas
pues vieron interés y espontaneidad por
parte de ellos y ellas .
Me parece muy importante dar
a conocer entre el alumnado, el profesorado y los padres y madres las experiencias y circunstancias que vivieron
generaciones anteriores, tanto de hombres como de mujeres. Pienso que conocer de primera mano estas
vivencias nos puede ayudar no solo a
poner en valor costumbres muy valiosas que están cayendo en el olvido y que son enriquecedoras sino también
a analizar con cierta perspectiva los
avances en materia de igualdad que se han conseguido en los últimos 30 ó 40
años.
Me puse
en contacto con mi compañera de adultos que trabaja por las tardes en mi propio
centro y con la que rara vez coincido. Parecemos de otra galaxia, pues no
suelen hacerse actividades conjuntas por incompatibilidad de horarios. Pienso
que podemos apoyarnos mutuamente y poner en valor nuestros trabajos. Le
expliqué que estaba interesada en que mujeres mayores del pueblo hablasen al
alumnado sobre diferentes costumbres y
vivencias de su vida. Ella estuvo encantada desde el principio y sus alumnas
también. Pero, a los pocos días empezaron a poner pegas y finalmente no había
nadie que quisiera participar. Había cierta reticencia a hablar de su vida en
el cole. Pero se solucionó, y vinieron a
colaborar mujeres de la Escuela de
Adultos/as de Santa Fe.
Posteriormente,
una señora de El Jau, abuela de dos alumnas del centro educativo, se animó, y
contó su historia de vida en solitario. Se lo preparó bastante bien. Ella se la
contó a alumnado de Ed. Infantil y Primer Ciclo de Primaria. Hizo muchas
incidencia en que ella, a pesar de tener estudios de magisterio, cuando murió
su padres no pudo obtener el título a falta de un mes. Que consiguió trabajar
en otro empleo como administrativa que le hacía feliz. Pero cuando se casó,
tuvo que dejar definitivamente su empleo.
Debo
agradecer a estas personas su buen hacer y generosidad a la hora de compartir
sus recuerdos y experiencias.
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